Cómo hacer una peana para obra de arte


Vamos a mostrar el proceso que hemos seguido para hacer una peana 
destinada a exponer una obra de arte. 
Es un trabajo bastante meticuloso y algo más laborioso. Lo que perseguimos aquí 
es un acabado muy liso ya que va a formar parte de la propia pieza artística.






Lo primero que vamos a hacer es cortar los tablones a la medida que deseamos, para ello emplearemos una sierra circular, como la que mostramos en la imagen. Esta nos permite hacer cortes en ángulo o inglete. 







Cortamos los tres tablones grandes primero (la superficie y los dos laterales) y a continuación cortamos las tablas de los extremos que serán de menor tamaño en nuestro caso ya que nuestra peana debe tener forma rectangular. 

Hemos optado por hacer los cortes en ángulo/inglete para conseguir una sensación compacta y de una sola pieza, ya que los cantos y esquinas terminarán en pico. 









El siguiente paso será cortar unas maderas en forma de triangulo que atornillaremos a los diferentes extremos de las maderas y nos servirán para darle solidez a la estructura y agarrar así las diferentes paredes. Para sujetar los tacos usaremos tornillos y cola blanca. 











Una vez hemos atornillado y encolado las diferentes paredes de nuestra estructura, rellenaremos los posibles huecos y ranuras que queden de los cantos con pegamento. Nosotros hemos usado cola de poliuretano que además de tener gran adherencia hace de relleno para los huecos. 








Dado que queremos conseguir un acabado muy liso, aplicamos una masilla a toda la superficie de la estructura, que además nos sirve para perfilar los cantos y esconder los tornillos.

Esta masilla la aplicamos con una espátula fina o bien con una chapa pulida. 





Una vez seca la masilla para madera lijaremos todo los lados de la peana, debemos tener cuidado con los cantos para no estropearlos o redondearlos. En nuestro caso queríamos unas esquinas con ángulos bien definidos.

Para ello hemos utilizado lijadora y en algunos puntos lija de mano.








Este sería el aspecto de la pieza tras aplicar la masilla y lijarlo.































Finalmente una vez tenemos toda la superficie lista nos toca pintar. Para ello hemos utilizado pintura esmalte blanca y un rodillo muy fino.

Dado que la madera tenía bastante vetas hemos aplicado varias capas de pintura y para conseguir un buen resultado.

Podemos elegir diferentes pinturas para lograr un acabado brillante o bien mate.







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